SE LLAMA AMISTAD

Te conocí un día cualquiera como a cualquiera. Para mí eras una persona más en el mundo. No te voy a mentir, pensaba que eramos muy diferentes y que no teníamos nada que ver la una con la otra en cuestión de caracteres. Pero la vida me ha ido enseñando que nunca puedes dar nada por hecho, asegurar nada. Ya que nos sorprende a todos y nos cambia todas las ideas y todos los planes en un abrir y cerrar de ojos. Y me sorprendiste tú. Tu humildad, sencillez, cercanía y amabilidad. Tu transparencia, tus valores. Me di cuenta que eramos más parecidas de lo que imaginé y conforme te iba conociendo cada vez te ibas abriendo un huequecito en mi corazón. Y sí, me has ido ganando, y a pesar de en otras cosas ser tan diferentes y chocar tanto, me he ido adaptando a tu persona. Nos hemos ido adaptando y amoldando mutuamente. Admito que he perdido la cuenta del tiempo invertido en construir nuestra amistad. Pero así es, la hemos y seguimos construyéndola. Lo que sé es que has ido evolucionando, y poco a poco has ido dejando atrás prejuicios y manías que te condicionaban, te limitaban. Quiero verte feliz porque sin saberlo un poquito de esa felicidad la compartes conmigo. Quiero que nunca dudes en confiar en ti como yo lo hago contigo. Creo en ti, te admiro y te adoro. Me siento afortunada de poder llamarte amiga, tu amistad; nuestra amistad es un tesoro. 

Gracias amiga. ♥

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