REFLEXIÓN: ¿Amiga, eres tú?

Me gusta lo leal, lo que va acorde con los principios y valores de una persona. Me gusta la sencillez y por supuesto la transparencia, el hacer las cosas desde el corazón con naturalidad y no con filtros. A lo que me quiero referir en esta ocasión es a la amistad, si, aquella que hoy en día se llega a confundir en muchas ocasiones con algo vacío y superficial. He entendido que las verdaderas amistades no te quieren superar, simplemente quieren estar a tu mismo nivel sin necesidad de ser mejor que tú, sólo caminar en tu compañía motivándote a sacar tu mejor versión y también querer hacer tú lo mismo con la otra persona. Para mi el apoyarse y motivarse es sinónimo de valorarse y valorarse determina que conoces más de una faceta de ella y sabes a lo que puede llegar aspirar porque has aprendido a quererla. Quererla con todo lo que conlleva, con todo lo que brilla cuando está feliz y con todo lo que oscurece cuando tiene un mal día. Pues el comprender también determina que hay algo sólido y real, una amistad que no te comprende y no se pone en tu piel, no se puede llamar amistad. Y por supuesto tiene que ser algo mútuo el comprenderse, si no lo hacen las dos partes tener por seguro que quien no lo hace tampoco se puede llamar amiga. Tenemos que recibir lo que damos, ni más ni menos y no por exigir a la otra persona, sino porque tenemos que mantener en nuestra vida solo a las personas que nos demuestran que son capaces de darnos la misma prioridad que nosotros le damos sin necesidad de pedirselo. Simplemente porque le nazca realmente cuidarte, protegerte y conservarte.

Y lo que más valoro en una amistad es la lealtad. No podemos hacer todo correctamente, nos equivocaremos y tendremos actitudes que no siempre encajaran con la otra persona, pero asegurate de que esas actitudes no traspasen la lealtad. Si la traspasan determinará que esa persona no es fiel a lo que piensas y sientes, y tengo claro que no quiero aportar todo lo bueno que guardo a una persona que no le importa ni lo más mínimo todo lo que hay detrás de mi alma. 

¿Y qué decir de la mentira? Otra cosa que añadir que denota que no hay lealtad. No puedo con la mentira, no entiendo porque la gente no es sincera con los demás, pero luego pienso y me doy cuenta de que esa persona tampoco lo es con ella misma. Y creo que no hay nada peor que no ser sincera contigo, y al fin y al cabo la persona que no es franca con lo que hace, piensa y dice, pierde toda la credibilidad en la otra persona y luego no se le puede tomar en serio. 

Tampoco encaja conmigo el interés, "hoy te quiero, mañana también pero sólo si necesito algo, si no necesito nada de ti, me olvidaré de tu existencia". Y es que en serio, no soporto eso, pero luego pienso y me doy cuenta de que personas así realmente son personas tan inseguras y tan dependientes emocionalmente, que siento lástima por ellas. Porque sí, pararlo a pensar no pueden satisfacerse ellas mismas y siempre necesitan a los demás para que les llene ese vacío o mal estar. Y claro son personas que al no saber aportartse ellas mismas lo que necesitan, si no saben conectar con ellas mismas... ¿Cómo van a conectar con los demás? ¿Cómo van a saber aportarte a ti lo que mereces? No saben, no tienen empatía. Y si la tienen, tranquila, sólo harán que la tienen cuando estén internamente derrumbadas y se sientan perdidas. Pero tranquila, cuando se encuentren, y estén bien, adiós. Sí, adiós, a ti ya no te conocen, es que ni de tu nombre se van acordar. Pero no te sientas mal, bien sabes que se volverán a perder y al perderse te volverán a encontrar y pronunciarán tu nombre. 

¿Y la envidia? Otra que tal, no puedo, en serio que no puedo. A eso me refería con que no es amistad alguien que constantemente quiere superarte en todo, que es competitiva. Os presento a envidia, la protagonista que tiene varios amigos, os los presento. Por un lado está "celos", es el encargado de provocar que "tu amiga" no pueda soportar que tú poseas cosas que ella no posee, ya puede ser toda clase de belleza, ya sea física o emocional, algo material u otros. Y luego está "competitividad" es la encargada de que constantemente sientas que "tu amiga" es mejor que tú. Claro, "competitividad" no dejará por nada en el mundo que tú consigas todo lo que quiere conseguir tu "maravillosa amiga". Es que ni hablar, ni te lo pienses, eso no puede pasar. Y si pasa (vamos a hablar en plata). Ya la has cagado y es entonces cuando aparecerá "envidia" es la que maneja todo el cotarro, no puede faltar. Y entre ellos tres se aliaran para menospreciarte como persona y hacerte pequeñita.  Así que pensándolo bien quien sea leal, sincera, real y me haga sentirme plenamente grande si que podré llamarla amiga por el contrario he entendido que nadie que no posea una serie de valores y claramente está, me los aporte, no dejaré que pertenzca a mi vida, y si alguien que no los posee aún está en ella, que se marche, o mucho mejor, me marcho yo. Adiós, ahora soy yo la que no se acuerda de tu nombre. ¿Te conozco?



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