RELATO: Reproches...

Quererte no fue suficiente, el desastre que causaste me rompió hasta mis más preciados anhelos. El quererte conmigo a través del tiempo, sobrepasando límites y no fue así, te desvaneciste. O tal vez yo, que recibí la peor parte, la más dura, la más negra. Y aún así sobrevivo creyendo que tal vez algún día vuelva a repararme, tengo la esperanza que los pedazos tirados por el suelo se ajuntarán de nuevo. Fueron demasiados y por eso me cuesta más creer que todavía haya alguien que pueda llenar el vacío que tú dejaste en mi. 

Sentir que muero, que no consigo encontrar el sentido a lo que antes era mi vida. Y muero porque he perdido la batalla en el amor, ya que no existe en mi, no tiene significado alguno, gracias a ti. Pero no quiero rendirme y que pienses que has ganado, que te lo has llevado todo, que eres invencible y la razón de mis lágrimas. No quiero que pienses que me dueles, que tus espinas se clavaron en mi piel, en mis órganos vitales, porque ves, estoy viva aunque no estés aquí conmigo esta noche, abrazándome como lo hacías... Dándome ese beso en la frente de: "descansa, dulces sueños" que me daba a entender que siempre estarías y que nunca me harías daño. 







Sentir que eras mi hogar, mi dulce hogar, que me cubrías, que me protegías, que eras la mejor persona que había conocido, la que mejor me cuidaría, que simplemente me querías. ¿Me querías? ¿O tal vez fue una ilusión? Un reflejo para tapar tu falta de amor... Te llenaste del mío y me dejaste seca, pudriendome por dentro, desnutrida y te dio igual verme en ese estado... Sin esa luz que desprendía cuando me encontraste, me apagaste. 

¿Habrá alguien para mi? ¿Reviviré lo que tú me hiciste sentir, ese confort? Esas ganas de amarlo, de contemplarlo y saber que somos "nuestros", el uno para el otro y el otro para el uno, pero nada más, sólo nosotros... Saber y sobre todo sentir, que está por y para mí, solamente yo, yo y yo. Y no es por ser egoísta pero es que me lo merezco, me lo merecía... ¿No crees? ¡Me lo merecía! Te traté lo mejor que pude y más, te adoraba, y lo peor de todo confiaba en ti...¿Y así me lo pagaste? No te merecías un amor como el mío, bien lo sabe díos, y hoy estoy pagando tus mierda platos rotos, los que rompiste, los que te rompieron... Eras mi amigo y me fallaste, pero me enseñaste a no fallarme a mi nunca más, y eso consiste en que jamás le permitiré a alguien que me ame a medias, con el corazón dividido por no saber a quién elegir. Así que una vez más, gracias porque debido a ti hoy sé pisar más fuerte que nunca. 





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