RELATO: Carta a la persona que apareció en mi vida para nutrirme de fortaleza y llenarme de valor a la hora de saber donde está mi lugar

¿Sabes? Hacía mucho tiempo que no me dejaba llevar, que no creía que podía fluir con alguien pero contigo arriesgué, aún sabiendo que la situación en la que estabas podía ser peligrosa. De hecho, aunque tú no lo sepas me replantee en numeradas ocasiones si continuar con la dinámica de ser más que "amigos". Es decir si frenar ese trato un tanto especial que nos entregábamos... Un día me prometí que en esas situaciones yo me mantendría al margen, pero me rompí la promesa al sentir y notar que todo fluía y me lancé a la piscina sin saber si había agua. ¿Yo? La que teme nadar... Al principio notaba que flotaba, que no tenía miedo, pensaba que tenía salvavidas pero de repente un día acabé en el suelo y ya no había agua. Me hice daño... Porque me lo hice yo al romperme esa promesa, al pensar que no me tendría porqué pasar lo mismo. Total, "cada persona es un mundo", "si no lo intentas nunca lo sabrás"... Pero la realidad es que en estos casos, es muy difícil que tú entiendas lo que encuentras. O te decantes por un perfume en concreto sin necesidad de buscar otras nuevas fragancias. En estos casos sé que no vas a valorar lo que tienes delante, pensarás que aún lo mejor no lo habías encontrado, estarás exquisito pero de hecho, lo mejor ya te había aparecido. Pero no te darás cuenta y si te das ya será tarde. Nunca entendí porque podías invertir toda esa entrega hacia mi persona para luego cambiar de piel tan rápido. Porque hay cosas que las entiendo, te juro que las entiendo, y es más aunque ahora mismo te esté escribiendo esta carta, créeme que estoy bien, son las palabras que nunca he podido decirte. Estoy bien porque me has ayudado a comprender que mis labios no son para cualquiera, que mi piel es para manos que acaricien con sensibilidad y aprecien la suavidad que posee. Estoy bien porque he aprendido que mi corazón es para los valientes, para alguien que sea capaz de soportar todo el fuego que lleva dentro. Estoy bien porque sé que sola estoy bien, estoy bien porque no necesito buscar otras pieles para elevar mi ego o llenar vacíos. Estoy bien porque me demuestro que soy una mujer digna del mejor hombre del mundo. Estoy bien porque siempre pensaré que soy la mejor compañia. Así que quizás tú pienses que te echo de menos, que tengo celos, que tengo ganas de retroceder y que nada hubiese cambiado pero créeme que podrán haber muchas mujeres en el mundo, de las cuales cada una te aportará algo diferente pero no cualquier mujer es inteligente, es fuerte y dura en esencia para no aferrarse a una persona que no es digna de merecerla. Y no creo que seas mala persona, creeme que si algo vi en ti fue por algo pero te equivocaste, y de pleno. Porque aunque tú no lo sepas, quizás era lo más especial que habías conocido. Pero no pasa nada, me parece justo el desenlace porque me desprendo de emociones y sensaciones que a la larga me hubiesen podido ahogar. Y me abre puertas para que el mejor hombre del mundo aparezca en mi vida, no tengo prisa, no sé cuando será mi momento pero quiero a la mejor persona a mi lado. Una persona que nunca se canse de mi, de mi compañía y no solo eso, porque compañía te pueden hacer muchas personas, sino alguien que tenga esa ilusión y ganas de hacer todo conmigo y que me valore, me valore mucho. Porque muchas personas verán lo buena persona que eres pero no cualquiera sentirá lo especial que eres y todo ese magnetismo que desprendes. Y yo quiero eso, alguien que al mirarme vea y sienta que la felicidad a veces tiene nombre. Un nombre y ninguno más... 


Imagen relacionada

Comentarios

Entradas populares