RELATO: Carta del hombre que no supo amarme al hombre que me ame.

Soy yo, el hombre (si se puede llamar así) que dejó escapar a una gran mujer. Ella era una gran mujer, y hoy en día aunque no sepa de ella, sé que lo sigue y lo seguirá siendo... Hoy no puedo estar más arrepentido de haber sido en ese entonces un niño, un niño inmaduro que no supo que hacer cuando se encontró a una mujer con un gran diamante en bruto, ella era muy especial pero no me di cuenta, y ahora es tarde...  



No supe amarla, y no entiendo el porqué, si ella lo tenía practicamente todo y lo mejor de todo sabía quererme como nadie supo, me respetó y luchó por mí hasta el último momento, hasta que se dió cuenta de lo cobarde que fui, hasta que se dió cuenta que su amor me quedó grande y que no estaba a la altura de él. Le fallé... Sé que ella me tenía en un pedestal, no había un día que no me dijiese que yo era el mejor, el mejor chico del mundo y que para su suerte estaba con ella. Me acuerdo de sus ojos al decírmelo, de su mirada brillante; ella más que quererme, había sabido admirarme. ¿A mí? Un chico común... Pero ella no me veía así, me adoraba y ahora sé que quería lo mejor para mí, de hecho siempre lo supe, pero nunca supe apreciarlo. Y ahora sé que lo mejor para mí era ella. 

Maldigo el día que no supe entenderla, el día que no me di cuenta de la realidad y sobretodo el día que empecé hacerle daño...Para mí en ese entonces, sonará duro, pero me aburría, no era suficiente para mí a pesar de tanto amor y lealtad que ella me aportaba, pero ella no era la dueña de mi corazón. Mi corazón estaba ocupado por una persona que no era como ella, y tampoco lo sabía, mi corazón estaba cegado por lo mediocre, pero aún así era lo mediocre lo que me hacía feliz. 




Sé más que nunca que ella era la mejor, mi cabeza lo sabía, que lástima, que impotencia siento que mi corazón siempre lo negase, porque sé que la mejor chica del mundo era ella, y para mi suerte estaba conmigo. Dejé en el camino a una gran persona, a una gran mujer, una mujer que muchos desearían estar con ella por su pureza, su autenticidad y su ternura y sólo yo tenía el privilegio. Pero la dejé escapar... ¿Lo peor de todo? La dije que se marchase y cuando pasó el tiempo empecé a entender, a entenderla... 

Entendí quien era en realidad, que parecía frágil cuando la conocí, cuando me quería, pero una vez se marchó; porque aunque fuese yo quien le dijiese que se marchase, ella fue quien tomó la decisión. Hay personas que por mucho que le pidas que se alejen de ti, de tu vida, no saben marcharse y ella para mi sorpresa lo hizo, se marchó y no volvió. No volví a escuchar su voz, y no supe, ni llegó el día que le pedí perdón. 




Así que sólo espero que un día alguien la quiera y la ame como yo no lo hice, que la entienda y comprenda cada faceta que esconde detrás de su ser, que comprenda que no es todo lo que ven, ni ven todo lo que es. Ella es asombrosa y es una caja de sorpresas, ella sabe ser magia. Y ella sabrá quererte con locura si realmente la cuidas. Será como un ángel que sabrá protegerte más de lo que imaginas si sabes cuidarla... Te lo garantizo. Y por favor, no la llenes de dudas, sé claro con ella, no la engañes por engañarte a ti mismo, sé honesto porque ella lo será contigo. No lo dudes.
Hazle saber que ella es la persona favorita en tu mundo, que no hay ninguna como ella, hazselo saber, se lo merece. Arrópala cuando llore o tenga frío, no le hagas el vacío, no seas como yo...




Escúchala cuando lo necesite o cuando se enfade, razona con ella, no dejes que se pierda en su esencia, sino hazle encontarse cada día con ella misma... 
Alégrate de sus éxitos y buenos días, hazle sentir que estás orgulloso de ella, y también dile lo que te molesta o lo que consideres que hace mal, pero sé sincero siempre con ella para bien o para mal... Mírala, acaríciale la cara al verla despertar y dile lo preciosa que se ve recién levantada y hazle reir a carcajadas... Su sonrisa, su risa... Era preciosa, pero dejé de ver esa sonrisa porque yo no supe hacerla feliz... Así que tú no seas como yo. Prométemelo...




Y lo último, quieréla, amalá con todo tu ser, nunca le falles, y nunca seas el culpable de sus lágrimas y si eres tú el culpable que sea de lágrimas de felicidad, porque ella merece ser feliz... Demuéstrale que estaba equivocada y que yo no era el mejor chico del mundo y que para su poca suerte no lo tuvo al lado... Demuéstrale que existe el amor, y que los corazones no solo se rompen, también se reparan, besalé cada lunar de su espalda, de pies a cabeza, abrazalá y hazle el amor, porque yo no supe, yo no supe hacerla feliz como sé que tú lo vas hacer. Prométeme que tú serás un hombre digno para ella, sólo demuestralé y prométeme que nunca serás como yo... 



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