RELATO: Intento (Parte 1)

¿Sabes? No te olvido, lo intento pero no puedo, quizás en el fondo no quiero. Te quiero, y yo de verdad. No como tú que una vez me lo dijiste desapareciste y no volví a escuchar ninguno más... Antes me asustaba al escucharlo, ahora lo echo de menos. Y es que sonaba tan bien cuando salía de tu boca, cuando sonaba a través de tu voz... Ojalá por cada vez que me lo dijiste hubieses cumplido tus palabras, en ese caso tu estarías aquí, conmigo, apostando por mi de la misma manera que yo lo estaba haciendo contigo. Y es que te quiero, te quiero para mí, mío y tuyo, intuyo que esto es verdadero aunque no pongas de tu parte y me hayas abandonado primero. 

No era tan difícil intentarlo, arriesgar hasta quedarnos sin fuerzas, sin fuerzas por las ganas empeñadas en demostrar que los polos opuestos también ganan y encuentran la victoría al encontrarse. Intento renunciarte, creer que no eres para mí, que por el contrario estoy equivocada y que los polos opuestos en vez de atraerse se repelan, que somos diferentes y que no puede funcionar. Intento creerte, creer tus palabras cuando me dices que no puede ser. Pero también creí que me querías y que querías intentarlo, y mentiste... ¿Así que como voy a creerte cuando dices que es mejor alejarse y abandonar lo que ni siquiera empezamos?  

Ojalá te armaras de valor, de ganas y cogieses la toalla donde la tiraste porque la mía ya está a punto de caerse y una vez lo haga no sabré que hacer con ella. Si volverla a recoger o dejarla al lado de la tuya, tirada en el suelo, pero a tu lado. Ya que nosotros no supimos, al menos que lo hagan ellas, que se queden unidas, da igual dónde se encuentren al cabo de un tiempo pero al menos juntas, donde la vida las depare. Y es que ves, ellas no tienen miedo... Y si lo tienen lo vencen.

Te quiero, hasta lo que no quiero; quiero. Quiero tu mal humor aunque no me guste pero lo quiero, quiero tu sonrisa sea para mí o no, pero la quiero. Quiero tu mirada pero ahí sólo la quiero cuando me miras, porque me transportas a otra dimensión, aunque a veces quiero no quererla porque una vez la quiero pienso que tú me quieres y que lo nuestro no se ha quedado aquí. Y entonces no puedo renuciar a ti aunque quiera con todas mis fuerzas hacerlo pero te quiero. Quiero lo que eres, y me da igual que no estés hecho a la medida para mi vida pues tu esencia es lo que me inspira. Te quiero, y ojalá quisieras quererme como yo deseo, porque una vez lo hagas te darás cuenta de que esto no es imposible. 

Y que no estoy loca, aunque tema que me estoy volviendo loca por ti, pero te darás cuenta de que tú también lo estás, lo estás por estar equivocado y no entender que los polos opuestos se pueden complementar y llenarse de vitalidad. De que podemos hacernos felices si hay ganas, pero... Ahora que lo pienso, tienes razón; no nos podemos hacer felices, no puede ser... Mis ganas no pueden luchar solas, mis ganas no se han encontrado con las tuyas, no hay ganas de encontrarse con las ganas. Así que me conformaré con que en esta vida nuestras toallas serán las únicas que permanecerán unidas.


Comentarios

Entradas populares