RELATO/REFLEXIÓN: Lo bueno de los desastres.

No supo hacerlo y se fue. Se fue con las mismas ganas con las que vino, con las que llegó para hacerme creer que me estaba buscando. Pero no, no fue así y se fue. Me hizo creer que me necesitaba, que estaba con ganas de mi, de mi esencia y de mi calidez, pero no fue así, sólo quiso hacermelo creer para que una vez lo hiciese dejarme con ganas de él, de su esencia y de su misterio. Se fue pero su sonrisa permanecía en mi, en mi cabeza al recordarla. Y sí, admito que podía renunciar a él hasta que volvía a resurgir esa sonrisa que me mataba, porque esa sonrisa una vez fue mía, era para mi. Y ahora sabía que eso no pasaría, que los momentos vividos se habían acabado y que la calma que un día llegué a sentir en sus brazos se había desvanecido. 

Pero decidí arriesgarme y apostar por él, si había causado tanto en mi, en tan poco quizás debía de no tirar la toalla yo también e intentar que él volviese a recogerla donde la tiró. Me estaría conformándo, y si lo hacía no era yo. Yo me arriesgo, apuesto, lucho hasta el final, hasta que me doy cuenta que ya no hay más en donde indagar... Y para mi sorpresa pasó, tuve que entender que hay personas que juegan a perderte, y quien juega a perderte tienes que dejarle ganar. Hay personas que no saben percatarse de las cosas buenas que le ofrece la vida, y yo sabía que era la mejor decisión que él no se atrevía a tomar. Y de hecho, sigo pensándolo... Pero ahí me di cuenta, que yo necesitaba a alguien con valor para no dejarme escapar, y para apreciar la magia que pueden llegar a ser dos polos opuestos. Y no solamente la magia, sino la fuerza.
Hay personas que están ciegas, o que se ciegan ellos mismos y no quieren ver nada más, que le temen a lo desconocido y abandonan lo que empiezan por miedo a no controlar sus actos y emociones. Por miedo a perder el control. Hay personas que no están acostumbradas a qué algo bueno les pase y es ahí donde no saben que hacer con ello. Hay personas las cuales han sufrido tantos daños y se han acostumbrado a no tener a nadie que les protega y les cuide que una vez lo hacen siguen pensando que algo bueno puede ser malo. Y deberían de entender que al igual que existe lo malo, existe lo bueno. Y que lo bueno puede ser óptimo, sublime. Pero no, se han acostumbrado tanto a lo malo, que parece ser que acaben siempre conformándose con lo mediocre porque piensan que lo bueno no puede ser para ellas...



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