RELATO: Soy lo que necesitan y lo que rechazan.
Soy esa chica sencilla, la que te escucha, la que te comprende, la que nunca te falla. La que sabe quererte, la que sabe ser mejor para ser la mejor para ti, para tus días. Soy la que si la quieren nunca abandona, la que te apasiona y la que te adora. La que te mueve y la que te levanta, la que te motiva y la que te admira. El escudo que sabe como protegerte, el consuelo para tus penas y la música para tus alegrías. Soy esa chica que nunca te traicionaría y que siempre tendría un suspiro para ti. Sí, soy esa chica especial, en peligro de extinción, pero que lástima que todo lo que tú necesites sea lo que busques en mi y luego no sepas apreciarlo.
Tengo todas las cualidades necesarias para ser la chica casi perfecta para alguien que quiera ser querido, y no sólo querido en una cantidad desmesurante, sino querido de la manera más correcta, de la manera más sana, más óptima. Sé querer bien, como pocas personas saben hacerlo. Pero no sirve de nada, porque luego resulta que todo lo que hago no es suficiente. Hoy en día se valora lo mediocre, lo sucio y lo vacío, lo que carece de sentido. Y lo puro, se acaba echando a un lado.
Pienso que ser una chica tan completa, tan íntegra, aleja más que acerca. Porque sí, dicen querer una persona con todas las cualidades que tú posees pero luego no saben que hacer con ella. Les queda grande, les aburre y se cansan. Lo más incoherente de todo es que luego acaban con chicas que son todo lo contrario a lo que tú eres. Chicas simples, pero no simples, de sencillas; como yo, chicas simples de estar vacías, de no dar más de sí, y que si dan, son cosas igual de vacías y mediocres que ellas. Chicas que no tienen sus cosas claras, que no son determinadas con ellas mismas. Chicas superficiales, que no te escuchan, que no te comprenden, que te fallan. Que no saben quererte como yo lo hacía, que no saben mejorar para ser las mejores para ti, para tus días, porque no te dan el valor que te mereces. Las que te abandonan, las que te apasionan pero no es mutúo, las que no te adoran. Las que te mueven pero a su antojo, las que te derrumban cuando quieren, las que no te admiran. Las balas que te van matando, el dolor de tus penas y el ruido de tus alegrías. Son esas chicas que sí que te traicionarían y que nunca tendrían ni siquiera medio suspiro para ti. No son esas chicas especiales, sino bastante comunes, pues no están en peligro de extición. Pero que lástima que todo lo que tú necesites sea lo que busques en mí y no sepas apreciarlo. Qué lástima que lo que te dan ellas sea lo que no busques pero aún así lo valores. Y te desvivas por personas que no te quieren y te hacen sufrir.
Pero supongo que el ser humano es el ser vivo más masoquista e imbécil que hay. Es una realidad. Cuando por fín abren los ojos se dan cuenta de lo ciegos que estaban, y se quejan de que estuvieron con chicas que no valían la pena, pero se olvidan de que una vez hubo una chica que lo tenía todo, y sobre todo un diamante en bruto como pocas, un diamante en bruto que no logró nunca poseer la chica que les abrió las puertas al dolor. Pero ya es tarde... Porque una vez se dan cuenta, esa chica, la que tanto merecía la pena, ha encontrado a otra persona que al igual que ella está en peligro de extinción. Ella cuando tú te fuiste, se dio cuenta que si tú en tu vida aceptabas a chicas tan mediocres por dentro y no aprovechabas la oportunidad de apreciar a una buena chica, sólo quería decir una cosa; tú también eras mediocre para ella. Y ella no estaba dispuesta a aceptar a una persona que no estuviese a su altura. Ella merecía mucho. Muchísimo más... Pues no tuviste ojos para ver lo que había dentro de ella, y que ella era aquél ángel que te protegería más de lo que te imaginabas si sabías cuidarlo. Pero no supiste y encontraste a una demonia que te abrió las vistas al infierno, pero te lo mereciste porque fue lo que tú decidiste. Toda persona merece lo que permite. Si lo permites lo mereces, luego no te vayas quejando. Te lo dice aquel ángel que perdiste.
Tengo todas las cualidades necesarias para ser la chica casi perfecta para alguien que quiera ser querido, y no sólo querido en una cantidad desmesurante, sino querido de la manera más correcta, de la manera más sana, más óptima. Sé querer bien, como pocas personas saben hacerlo. Pero no sirve de nada, porque luego resulta que todo lo que hago no es suficiente. Hoy en día se valora lo mediocre, lo sucio y lo vacío, lo que carece de sentido. Y lo puro, se acaba echando a un lado.
Pienso que ser una chica tan completa, tan íntegra, aleja más que acerca. Porque sí, dicen querer una persona con todas las cualidades que tú posees pero luego no saben que hacer con ella. Les queda grande, les aburre y se cansan. Lo más incoherente de todo es que luego acaban con chicas que son todo lo contrario a lo que tú eres. Chicas simples, pero no simples, de sencillas; como yo, chicas simples de estar vacías, de no dar más de sí, y que si dan, son cosas igual de vacías y mediocres que ellas. Chicas que no tienen sus cosas claras, que no son determinadas con ellas mismas. Chicas superficiales, que no te escuchan, que no te comprenden, que te fallan. Que no saben quererte como yo lo hacía, que no saben mejorar para ser las mejores para ti, para tus días, porque no te dan el valor que te mereces. Las que te abandonan, las que te apasionan pero no es mutúo, las que no te adoran. Las que te mueven pero a su antojo, las que te derrumban cuando quieren, las que no te admiran. Las balas que te van matando, el dolor de tus penas y el ruido de tus alegrías. Son esas chicas que sí que te traicionarían y que nunca tendrían ni siquiera medio suspiro para ti. No son esas chicas especiales, sino bastante comunes, pues no están en peligro de extición. Pero que lástima que todo lo que tú necesites sea lo que busques en mí y no sepas apreciarlo. Qué lástima que lo que te dan ellas sea lo que no busques pero aún así lo valores. Y te desvivas por personas que no te quieren y te hacen sufrir.
Pero supongo que el ser humano es el ser vivo más masoquista e imbécil que hay. Es una realidad. Cuando por fín abren los ojos se dan cuenta de lo ciegos que estaban, y se quejan de que estuvieron con chicas que no valían la pena, pero se olvidan de que una vez hubo una chica que lo tenía todo, y sobre todo un diamante en bruto como pocas, un diamante en bruto que no logró nunca poseer la chica que les abrió las puertas al dolor. Pero ya es tarde... Porque una vez se dan cuenta, esa chica, la que tanto merecía la pena, ha encontrado a otra persona que al igual que ella está en peligro de extinción. Ella cuando tú te fuiste, se dio cuenta que si tú en tu vida aceptabas a chicas tan mediocres por dentro y no aprovechabas la oportunidad de apreciar a una buena chica, sólo quería decir una cosa; tú también eras mediocre para ella. Y ella no estaba dispuesta a aceptar a una persona que no estuviese a su altura. Ella merecía mucho. Muchísimo más... Pues no tuviste ojos para ver lo que había dentro de ella, y que ella era aquél ángel que te protegería más de lo que te imaginabas si sabías cuidarlo. Pero no supiste y encontraste a una demonia que te abrió las vistas al infierno, pero te lo mereciste porque fue lo que tú decidiste. Toda persona merece lo que permite. Si lo permites lo mereces, luego no te vayas quejando. Te lo dice aquel ángel que perdiste.
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