REFLEXIÓN: No te equivoques

Pensé que podría ser diferente, que lo que había quedado aún nos pertenecía. Que podriamos volver a arriesgar, a intentarlo. Una vez más me equivoqué, o estuve a punto de hacerlo. Por suerte reflexioné y recapacité a tiempo. Sí, de que él no era para mi y que mucho menos yo podría ser para él. Él nunca se merecería a una mujer como yo. Y es cierto, que me moría por tenerlo al lado, sintiéndole una vez más, pero también es cierto que si lo hiciese volvería a sentir esa sensación de vacío y desconcierto que hizo que me alejase de él.

Así que entendí que quien no supo valorarte en su día, no se merece una segunda oportunidad, y si se la mereciese tendría que demostrarte continuamente, sin cesar de que puedes confiar en él. Que puede rectificar lo que en su día hizo mal. De lo contrario, vete lejos, huye. Corre y no te detengas, no mires al pasado, ni mucho menos pienses en todo lo que te gustaba de esa persona, porque te podrían gustar cosas pero te puedo asegurar que no lo era todo. Que no todo se basaba en lo que te hacía sentir cuando lo tenías delante, lo que te hacía sentir cuando no estaba a tu lado era lo más importante, y eso que sentías para nada se acercaba a la tranquilidad. Y lo mejor es estar con alguien que te aporte esa tranquilidad de que puedes estar en calma de que va a seguir estando contigo, prestándote esa atención tan básica e imprescindible que sólo una persona entregada es capaz de hacer. Y bien sabes que lo que falló era que no pudiste recibir esa entrega. Así que hoy decido que yo no vuelvo, que vuelo y alzo las alas. Que tú no supiste alcanzarme, nunca sabrás. Así que me voy lejos de ti, pues no te pertenezco y nunca lo haré. 



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